lunes, 30 de noviembre de 2009

De amores y vampiros

Heme aquí, reseñando el discurso de "luna nueva", la segunda película de la saga de "crepúsculo (maldita-la-hora-enquela-publicaron)"
No vine a hablar de la película, sino del trasfondo. La falta de respeto, la obviedad, la materialización vomitiva de los clichés que Stephenie Meyer evoca de nuevo para una generación adolscente que no se cansa de masticar cochinada; peor: ahora se cree lo que mastica.

Confieso haber leído el primer libro con devoción. La idea era tener competencia textual con mis alumnas, que no hablaban de otra cosa que del maravilloso libro con el maravilloso tema con la maravillosa acción. El segundo ni ganas de leerlo; y de no ser por el espíritu de la curiosidad (cuya encarnación pareciera que yo soy) no habría visto la película. ¿Para qué ver lo que ya se sabe que es lo mismo que se vio? Lo mismo que se viene viendo desde Televisa hasta las nuevas generaciones de Barbies y Bratz.

Dejemos de lado las libertades creativas que se autoconcedió la autora para pasarse por la entrepierna siglos y siglos de tradición literaria de licantropía y vampirismo; dejemos de lado también las cuestiones de producción que hacen a la película deficiente. Vayamos al centro de la crítica: el amor. O más bien dicho la caricatura del amor, grotesca y tal, que la película no para de repetir.

La figura de Bella (hasta el nombre es un cliché...) como la niña boba, enamorada platónicamente del hombre perfecto (el príncipe, el galán mediático, el guapo de telenovela, el imaginario colectivo...) puesta enteramente a sus pies. ¡Las reproducciones masivas de "bellas" en la vida real es estremecedora!

Soy testigo, por mi trabajo como profesor de primaria-secundaria-preparatoria, del impacto que esta representación del amor tiene sobre las adolescentes, que queriendo o sin querer siguen reproduciendo el esquema una y mil veces. Creo que cada generación tiene sus referentes culturales, sí; pero ¿cuándo pensamos cambiar de enfoque? Una Bella que se queda frente a la ventana 3 meses porque su hombre ideal (idealización de hombre, mejor) la abandonó. Nada que hacer, dependiente completa de las circunstancias del tercero, viéndolo hasta en la sopa por su necesidad autoinducida de ser protegida. La invitación a encontrar el "amor verdadero" en la sumisión de la voluntad, en la imagen de la niña idiotizada por el otro, de la autorrealización a partir del otro, del amor que todo sacrifica y nada entrega. La eterna búsqueda de un amor que no existe más que en la literatura; y si se me permite, de un buen tiempo para acá hasta la literatura se quitaba de obviedades y delineaba un amor más inteligente.

Con Crepúsculo suceden dos cosas: las chavitas van construyéndose a sí mismas como dependientes de ese amor platónico, que es de plástico y es ingenuo hasta en su definición. En lugar de entregarse a lo que se puede ir sintiendo en términos reales, se frustran por buscar el "modelo" sugerido en el librejo y no encontrarlo. Si no es como Edward Cullen, no merece ser amado. Y la palabra "frustración" es terminalmente pesada en ese momento, porque Cullen no es válido ni para su propio relato, vaya pues.

La segunda cosa es una consecuencia directa tal vez más abrumadora: como no hay Edward Cullens en la vida real, nos proyectamos con el personaje del librito. ¡Y lo proyectamos a un actor! Y Pattinson adquiere todos los atributos de un personaje irreal, como sucede seguido en el medio. Malo no es que el personaje sea más grande que su intérprete... malo que se lo crean.

Así, el facebook está tan lleno como la escuela (y la escuela como la calle) de gente que busca el amor como Bella. De frases gastadas que pudieron ser útiles en el siglo XVII pero a estas fechas, digo yo, ya estamos para otras cosas. En la espera de un amor que todo lo resuelva, que a todos los someta, que las vuelva sumisas y dependientes y apegadas a un hombre ideal que, técnicamente, nada de ideal tiene más que su estrategia de venta. ¿Para qué? ¿Por qué? ¿Qué tan válido es un modelo de relación así en un contexto ASI, como el nuestro, como el cada día? Dirás que no se trata de lo que se pueda hacer, sino de lo que te permita soñar. Aún así: ¿soñar con eso? ¿aspirar a eso? La Verdad es que existen configuraciones del amor y relaciones de pareja mucho más ricas, mucho más significativas y mucho más valiosas que ese esquema del "amor imposible/pero eterno". Amor que se puede buscar compartir y no buscar merecer. Sigue siendo cosa de cada quién.

Yo tan solo espero que los crepusculofílicos se pongan a pensar aunque sea un poquito en sus motivaciones. Leer más, leer más cosas (por ejemplo), puede ser un buen inicio para profundizar en el tema.

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sábado, 28 de noviembre de 2009

Va del éxito!

Angustiando por no conocer el sentido de mi vida, la razón por la que hago las cosas ni para qué las sigo haciendo, hube de conversar con infinidad de personas (la infinidad es siempre un término relativo); no tanto para encontrar mi sino, sino para entender el de los otros y darme guías entre mis semejantes. La constante: una noción del éxito.
Cosa que me resulta tramposa, desde el planteamiento del éxito en la vida urbana. Tener éxito es cumplir con tus objetivos, realizar tus metas. Aquí la primera paradoja: si mi problema era no tener metas ¿proponerme el éxito como objetivo? Es como empezar la carrera un paso atrás del arranque y en cuatro segundos llegar a la meta... Pero el éxito es (dicen que es) la excusa para luchar por algo. ¿Y si mi meta es la muerte? ¡Tengo asegurado el éxito! ¿Qué tanto habría de luchar por algo que tengo ganado? Soy exitoso al fin.
Y eso es algo bien curioso. Levantose una encuesta casera (en el mero afán de practicar la arquitectura del ocio) y resulta que todo aquel que fue encuestado se considera a sí mismo "exitoso". Lo considera así el tío dueño de mil propiedades, con amante joven y carro de lujo; también lo considera así la estudiante de secundaria sobreprotegida y el amigo enfermito terminal con deudas hasta el gaznate. Todos somos exitosos en la medida en que nos sintamos a gusto con nuestro modo de vida. Si todos somos exitosos, el concepto de "éxito" pierde su caracter de meta (algo a donde llegar). ¿Entonces?
¡Entonces el EXITO sirve para escribir libros de autoayuda y nada más! Tener éxito = tener más. Más comodidades, más lujos, más satisfacciones, más autoridad, más prestaciones, más amigos, más felicidad. Esto no lo digo yo, yo pienso algo diferente. Esto sale por observación inverosímil de la gente. Luchar por... aspirar a... ambicionar el... tener... éxito. Somos entes competitivos por cultural naturaleza. Pasamos la vida haciendo todo por ser felices, por ser personas productivas (o no) pero exitosas. Pero más allá de eso, pasamos más vida preocupándonos por cómo conseguirlo, por si lo estamos logrando, si algo estamos haciendo mal.
Haz la prueba: entra en una librería y date cuenta de cuánto libro (pseudolibro) existe para cuestiones de éxito: éxito en las finanzas, en las relaciones personales, en los negocios; éxito espiritual, profesional, intelectual... ¡Cuánto dinero se gasta en leer la manera de hacer más dinero! ¡Cuánto tiempo se tira en leer sobre la manera de aprovechar más el tiempo! Cuánta mierda (caray ¡cuánta mierda!) nos metemos en la cabeza entre el zodiaco y el presidente municipal, entre la universidad (que no la vocación en muchos casos) y las comparaciones con el otro, con el europeo, con el extraño. Cuánto parámetro entre estar bien y estar mal.
Y al final, cosa curiosa en demasía: a la simple pregunta de "te consideras exitoso" la respuesta es espontánea, sincera, y verdadera: "sí, de hecho sí". ¿Entonces para qué tanto pelear con los esquemas? ¿Para qué tanto apego, tanta preocupación, tanta nece(si)dad de crecer?
El éxito (lo leí en un blog harto concreto) es ser feliz sin tener que demostrárselo a nadie. Linda y mejor definición. Y yo sugiero que todo el mehoyo del éxito no está en ser más y mejor, o en realizar tus metas. El éxito al final se trata de aprender a tener lo justo y necesario... y no tener problemas por ello.

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martes, 3 de noviembre de 2009

La educación por el arte y viceversa

Cuando uno se dedica al Teatro en nuestro contexto -y tal vez también a toda manifestación del arte- es muy difícil vivir de ello. Muchas veces uno recurre a otros trabajos; por ejemplo: la docencia del arte en cuestión. Cuando encuentra (como es mi caso) una vocación en la docencia artística, se termina por aprender muchas cosas por encima de lo enseñado.

El siguiente es un escrito de mediana protesta ante las circunstancias en que esa educación ha devenido. Lo sugiero como comentario y no como acusación, pero mientras mi voluntad de escribir y protestar puedan darse la mano, mi trabajo será encontrar espacio para su comunión. Aquí va:

Es el arte una manera hermosa de educar. Desde una perspectiva lúdica en los niños, hasta un espíritu crítico en los adolescentes y jóvenes y adultos. El arte desarrolla competencias y habilidades prácticas de mucha utilidad. Cuando damos clases de arte en una primaria, secundaria o preparatoria, de sobra sabemos que no estamos entrenando actores o artístas profesionales. Las habilidades que el arte explota no sirven para el arte en este nivel, sirven para la vida: sensibilización, trabajo en equipo, expresión, análisis crítico, autoconocimiento y conocimiento del entorno, disciplina, desinhibición, seguridad, autocontrol, etcétera. Amén de las habilidades específicas que se desarrollan a nivel físico, como en el caso de la música el desarrollo del oído, en la pintura la capacidad de abstracción y en el teatro o la danza el desarrollo psicomotriz y demás curiosidades anatómicas. La docencia del arte se dirige entonces al desarrollo de estas habilidades en el individuo sin la pretención de que su aplicación se oriente exclusivamente al arte: lo mismo ayudan al sujeto en una presentación escénica como en una exposición en clase, una discusión en una salida social o una importantísima junta de trabajo.

Muchos ensayos ya he escrito sobre el menosprecio que el sistema educativo, en su configuración actual, sigue otorgando a la materia de arte en los programas de nivel básico, medio y medio superior. No cabe aquí ahondar en esos tenores. Aquí sugiero un estudio de caso, hipotético si se quiere, en que el enfoque de la educación por medio del arte se frena por quien debería promoverlo. Porque uno como profesor ha de cumplir con el programa o el objetivo de la materia, muchas veces reducido a la presentación de los alumnos en festivales escolares sin importar el desarrollo individual, que sugiero como ventaja en el párrafo de arriba.

En una escuela una vez (y por ejemplo) nos prohibieron que los alumnos realizaran figuras acrobáticas en las coreografías de comedia musical. El argumento de la dirección: es peligroso para los alumnos, no están preparados. No se hicieron figuras estéticas ni acrobáticas y nos limitamos a la coreografía plana. Más adelante, en el mismo proceso, nos prohibieron que los alumnos tuvieran contacto físico entre sí. El nuevo argumento: el morbo en los alumnos... peligroso, no están preparados...

Este estilo de mentalidad, que espero no sea el que impera en otras escuelas, entorpece y ensucia el desarrollo de la educación artística y la educación en general. Además, claro, de que va en contra del Sentido Común. ¿Cómo se espera que un estudiante esté preparado para realizar labores complejas si no se le entrena para tal? ¿Cómo se usa un argumento como "el morbo" si no se permite trabajar en las dinámicas específicas para anular el morbo como tal? La lógica parece ser: el alumno no puede correr 1 kilómetro porque no tiene condición física. Cuando en realidad, evidentemente, la lógica debe ser: ¡el alumno tiene condición física porque corre un kilómetro!

Con esas obstrucciones mentales en la cabeza de quienes dirigen las instituciones educativas, el desempeño del docente en arte se verá tan limitado como aquí sigue. Hace falta entender que la educación artística propone métodos de desarrollo individual orientados a la integración del ser humano como ente personal y como ente social. Hace falta darse cuenta de la herramienta que esto puede representar en los estándares de calidad educativa de un país como el nuestro. Hace falta que se le otorgue algo de importancia a la materia más allá del "taller" menor que hasta ahora es; porque en la lógica expuesta y cualquier cúmulo de adicionales en el entorno cultural de nuestro país, es precisamente en donde se generan los ciudadanos limitados que forman el cimiento de la sociedad jodida de que tanto gustamos de quejarnos.

Y no es que en el arte esté el hilo negro de la educación. Es que en el tratamiento que se le ha dado al arte está un buen pedazo del cachito podrido de la manzana. Nada más eso.

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martes, 27 de octubre de 2009

Me robaron mi laptop, ya ni la chingan!!

(Reproduzco aquí un texto de hace algún tiempo de un gran amigo: Pablo Ochoa. Lo dejó como comentario en un post sobre el desapego, pero me parece que es pertinente publicarlo tantito como homenaje a lo que este texto significó para muchos, tantito también por no dejar de amorfizar conciencias, a lo que el texto funciona y merece) (Un abrazo a Pablo Ochoa)

Jajajaja había una cancioncita que decía: …Meeeeee robaron mi tambor ya ni la chiiiiiingan… que siempre me dio mucha risa por que, por lo que entiendo, es la continuación de la canción del “niño del tambor” el cual solo poseía ese viejo tambor Jajajaja que ojetes… es humor negro pero así es la vida y el niño debió de seguir adelante con o sin tambor.

Esta muy chido el rollo de desprenderse de lo material (trascenderlo) y de no depositar tu felicidad en lo que quisieras tener, pero llevarlo a la práctica es otra cosa… Aunque esto suena muy oriental, en el mismo catolicismo lo incluye: “deja todo y sígueme” (en otras palabras renuncia a todo y entrégate a la existencia) sin embargo en sentido práctico, no es sencillo. Para evitar confusiones quiero utilizar una analogía: algunas personas piensan que dar la vida significa morir y otras que renunciar a lo material es alejarse de todo lo que te da el mundo, yo considero que ambas están equivocadas.

En la primera es más evidente: no estás dando tu vida, ¡estás dando tu muerte! Sin embargo la segunda necesita analizarse un poco más: Todos necesitamos materia para vivir, comida para el estomago, oxigeno para los pulmones, dientes para masticar, piernas para movernos, cabello (y también ropa) para el frío y así podemos seguir hasta el punto de decir que necesitamos un auto para ir a trabajar. Todo es materia; por tanto, renunciar a toda materia es dejarte morir, lo cual se le dice SUICIDIO y ya no te estas entregado a la vida sino a la muerte. Así que ¿qué quieren decir con “renuncia a las ilusiones materiales”, “suelta todo lo que te ata con este mundo terrenal” y “déjalo todo y sígueme”?. No tengo “LA” respuesta pero si una salida viable que se desprende de un principio muy importante: “Ya eres lo que puedes ser” es decir: LA BUSQUEDA TERMINA AQUÍ, ya tienes todo lo que necesitas para ser feliz, ya eres suficientemente bueno para ti mismo y ya eres digno de todas las bendiciones que has recibido.

En ese momento ves con amor todo lo que esta en tus manos y lo disfrutas… cada pedazo de pan que llega a tu boca tiene un sabor completamente nuevo, cada aroma tiene un significado maravilloso, cada persona en tu vida es importante, eres capaz de disfrutar cada momento pleno y consciente y, sobre todo, eres capaz de vivir al máximo lo que está en tus manos para saber dejarlo ir en el momento en que se termine. De aquí sacas buenas conclusiones: 1 Si quieres vivir plenamente lo que tienes HOY, olvídate de lo que tenías AYER y deja de preocuparte por le que tendrás MAÑANA. (también aplica para: “lo que eres HOY”) 2 Si de repente pierdes eso que te esta haciendo feliz entonces olvídate de ello y sigue adelante. 3 No es fácil (jajajajaja), todos nos apegamos a las cosas; a alguna relación amorosa, a nuestros zapatos viejos que nos gustan mucho, a cualquier bien material que nos da alegría, a todas las fotos y objetos que nos recuerdan gratos momentos y viejas experiencias, a nuestro cuerpo que nos permite hacer de todo, a nuestra familia y amigos que amamos y que siempre nos apoyan.

Sin embargo “la vida” no se anda con mamadas y en cualquier momento podrá llevarse cualquiera de estas cosas, la gente muere, las cosas se pierden (o te las roban jejejejeje), las relaciones amorosas se terminan, el cuerpo envejece y en algunos casos queda destruido por algún accidente, ¡en todos estos puntos es cuando realmente nos enfrentamos a renunciar a lo material! y ¡ah! que cabrón es esto… no nos imaginamos nuestra vida sin familia, sin comida (realmente sin comida), sin piernas, sin ojos o sin amigos, en otras palabras, sin TODO lo que crees que forma a tu persona.

Yo siempre sueño que se me caen los dientes y tengo mucho miedo de tener cáncer en la boca y no volver a comer como lo hago ahora. Pero del mismo modo encontramos cientos de historias de gente que sufrió perdidas enormes de personas que vieron morir a su pareja e hijos y se sobrepusieron, de gente que quedo paralítica y encontró que su vida aun tenía sentido, de gente que salió de la pobreza y que luchó contra la opresión por alguna causa que consideraba justa, incluso de personas que tuvieron una vida hueca y sin sentido hasta el día en que (Gracias a Dios) les dio cáncer y encontraron un “por qué” en su vida. ¿Cómo es eso posible?, en muchos casos el reponerse al sufrimiento le da sentido a la vida del ser humano y demostrar que ERES MÁS GRANDE QUE TUS CIRCUNSTANCIAS te da el tesoro más valioso y la riqueza más preciada: puedes ser feliz PASE LO QUE PASE… y que huevotes se necesitan para esto…

Hoy me abrieron mi coche y me robaron mi mochila café con un logo bordado en la parte de enfrente, con mi tarea del jueves, mis apuntes del semestre, el radio con un disco que yo quemé, mi Laptop y dentro de ella las fotos, cartas y recuerdos que fui acumulando por 23 años… dejarlo ir, no hay de otra.

Estoy en un excelente momento dentro de mi vida: SOY FELIZ y creo que, al ponerlo en perspectiva, se robaron algunas de mis cosas pero no mi felicidad, Dios proveerá…Un buen día me di cuenta que la felicidad esta dentro de mí, que cualquiera puede venir a tomar de ella… pero nadie es capaz de llevársela.

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miércoles, 21 de octubre de 2009

Segunda aproximación a lo que La Vida es...

Mira: a veces te sonríe y a veces te da la espalda. Así es la vida (¡es como una mujer: en muchos sentidos es como una mujer!).

A veces va jugando contigo dejándote creer que vas ganando, a veces te obliga a dejarte perder. A veces, simplemente, pierdes ante ella. A la Vida no le importa si te enojas con ella, ni se siente profundamente culpable por las cosas que te suceden mientras ella. Se entretiene viendo como la persigues cual misterio, cómo tratas desesperadamente de entenderla. Te deja desnudarla un poco, pero a penas un poco suficiente para no saber si quieres continuar develándola o si seguir sería una imprudencia peor. Te llena de ganas y te deja con las ganas. Y luego se voltea y sonríe, una sonrisa pícara y a ratos maldita que te frustra pero te deja esa extraña sensación de que es un juego. Y luego te paras y ves que el juego es para ella y no para ti: tú eres el jugado.

La Vida a veces te sonríe y a veces te patea. Así es la vida.

Lo verdaderamente importante está en que sepas que solo está jugando. Que siempre está jugando. Que las ganas, la frustración, la sonrisa o la patada son parte de un juego donde lo único que tú tienes que hacer es aprender:

Aprender a saber dónde hacerle cosquillas para que la frialdad de la espalda, el calor de la patada, se transformen en un juego de dos. Hazle cosquillas a la vida (le encantan las cosquillas) y estarás un paso más cerca de dsifrutarla. Pero como con las mujeres (¡Las mujeres se parecen mucho a La Vida: en muchos sentidos se parecen a La Vida!): se trata de disfrutarlas, no de querer entenderlas...

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domingo, 18 de octubre de 2009

Alzheimer colectivo: pan y circo.

Cuando uno siente que le están viendo la cara de pendejo, lo mínimo que se puede hacer es manifestar su molestia.

El cuento es conocido: Luz y Fuerza del Centro es eliminada del mapa por un gobierno calderonista que no sabe pa donde patalear en las arenas movedizas de esta crisis en desarrollo. No sabe pa donde, pero solo sabe patalear. En fin: el BOOM mediático señala a un sindicato abusivo en una empresa estéril que genera pérdidas millonarias y etc. Mientras en la tele se ofrecen las razones para que la gente entienda la "necesaria" medida, en el Internet, la Jornada y otros círculos más letrados se habla de la injusticia del proceder gubernamental. ¿A quien irle?

Puede ser que sí: que LFC pierda más dinero del que puede ganar, que los líderes del sindicato exigan prestaciones ridículas y las cosas sean tan feas como dicen que son. Puede ser que también: el cierre de la empresa represente un intento "enmascarado" para la privatización convenenciera de recursos a favor de la IP. Lo que de hecho es (no 'puede ser': ES) es que están pasando por encima de la gente de una manera anticonstitucional, auoritaria y francamente vomitiva. Gobernación dice que la empresa no genera. La empresa, con todo y todo, no la maneja el sindicato sino sus altos mandos que son... pues en este caso el mesmísimo gobierno (convenientemente paradójico). Y si una situación de crisis interna es tan grave como para "requerir"- como dice Calderón que requirió - el cierre de la empresa, no es algo que pasara en un momento: fue algo que se dejó crecer sabiendo a donde llegaría. No se vale ir fumando un chingo diario y después quejarse de que te da cáncer.

Lo que aquí quiero expresar es algo todavía más general a partir de esta situación: en Roma, Juvenal ironizaba la manera en que se mantenía a la ciudadanía fuera de las decisiones políticas inonvenientes: "panem et circences". Al pueblo pan y circo. Entretengan al pueblo y el pueblo no se meterá con el gobierno. Si el pueblo no se mete con el gobierno, el gobierno haga entonces lo que quiera... con el pueblo gobernado.

Me queda claro que si las cosas están bien hechas, el Pueblo puede participar, saber, opinar, ejercer sus derechos... me queda claro que si algo no está bien hecho, entonces vendrá siempre de la mano del circo mediático y demás. La ocupación de LFC no se hizo de manera que quedara evidentemente clara ante la sociedad: se hizo durante la euforia colectiva de una selección nacional de fútbol calificando al mundial. Si fue necesario que el pueblo tuviera un distractor, entonces significa que la acción cometida es contra el pueblo. Lógica tal vez demasiado elemental pero, si reflexionas en ello como axioma, repleta de sentido.

Del "panem et circences" al alzheimer colectivo nada más media un poco de tiempo. Al final no es culpa ni del sindicato ni del gobierno. La culpa la tenemos nosotros como sociedad. El sindicato es la excusa y el gobierno la causa, pero es nuestro Alzheimer social el que le dota sentido y movilidad a la mala pasada. Usando unas olimpiadas se pretendió reprimir un movimiento estudiantil en 68; de la mano de un marciano comecabras se anticipó un movimiento inflacionario a favor de unos cuantos y en contra de muchos más en 94; te llenan de teletón y sergio andrade y michael jackson mientras violan niñas en la Sierra, implementan impuestos innecesarios y formulan alianzas partidistas que rayan en lo grosero (para muestra la coalición PAN/PRD que amén del absurdo ideosincrático también maquilla, por ejemplo, el trasfondo de la pugna por un supuesto fraude electoral en 2006)...

El problema es que como sociedad civil dejamos de lado nuestra conciencia histórica, nuestra memoria histórica. No hace falta escuchar al incompetente de Calderón y sus razones desde la lengua de López Dóriga - lengua a medio pudrirse a fuerza de lamer botas. No hace falta leer la Jornada y Milenio para hacerse una opinión popular. No hace falta. Hace falta recordar, darse cuenta, reaccionar. Nos están viendo la cara de pendejos desde hace siempre. Y desde siempre se los vamos permitiendo, tragando pan y circo hasta perder la memoria.

Basta ya, digo yo. No se vale que nos pasen por encima y se burlen de nosotros. No se vale que se sigan cometiendo atropellos como el de LFC: con una mano señalando y jurando mil razones y con la otra alimentando una cámara de diputados que, si el despilfarro de recursos, la incompetencia del trabajo, el no pago de impuestos y el abuso de unos cuantos sobre recursos públicos van a ser la medida, entonces el congreso también debería ser cerrado con las mismas condiciones con que atacaron al Sindicato de Electricistas.

Apoyemos toda causa contra quienes nos quieren ir borrando la memoria. Tengamos sensibilidad civil para con los nuestros. Unámonos al menos en lo básico: el derecho a ser tratados más como personas y menos como borregos. Nos siguen viendo la cara de pendejos y, como dije, lo mínimo que se puede hacer es manifestar el descontento.

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martes, 6 de octubre de 2009

Un problema

El problema es que cuando la educación es el problema, entonces ya todo valió madres. Porque si tu país, digamos, está en crisis económica y tú estás sufriendo desempleo y hambre, puedes salir y matar para sobrevivir. Pero si tu país te educó para que tenga sentido lo que acabo de sugerir, ENTONCES tenemos un problema...

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lunes, 5 de octubre de 2009

Tú eres un accidente...

Te cuesta trabajo aceptar que no fuiste planeado. Es tácitamente importante sentirse planeado, sentirse esperado, creer que tu llegada al mundo y la aportación que vienes a hacer aquí –sea cual sea- no es resultado de la casualidad, sino que tiene algún sentido.

Cambia de idea: eres un accidente. Como todos…

Cuidar el autoestima está muy de moda, y no lo estaría si no jodiéramos tanto el autoestima en principio. Y para cuidar el autoestima es importante sabernos únicos, especiales, significativos para alguien más (primero) y para nosotros mismos (después).

La idea de partida es que “el milagro de la vida” en general es un patético accidente. Míralo así: la densidad de espermatozoides en el semen varía de 50 a 150 millones por mililitro. Uno tira entre 1.5 y 5 ml. En promedio (aunque en algunas circunstancias se puede llegar a 15 ml.) En una eyaculación “viajan” entre 200 y 400 millones de espermas. Un óvulo chido aguanta 48 horas de vida útil. Mínimo 20 millones de espermas sobreviven esperanzados al camino para intentar fecundar a un óvulo que, además, resulta ser quisquilloso. A veces, alguno lo logra. ¡¡Y por eso estás aquí!!

Sal a la calle, sube a un edificio alto a la hora pico (o al metro en el df, no sé) y observa a la gente pasar. Suma la gente que va a pie con la que va en auto o camión. Mira: cada una pudo ser un esperma en búsqueda de un solo óvulo. ¡Toda la ciudad en una eyaculación! Y entre tanto esperma, uno se convirtió en ti. ¿Más o menos te figuras la magnitud? Si cualquier otro esperma que no fuera el que te formó hubiera ganado la carrera, tú no serías tú: serías otro. El accidente se dio entre espermas, no antes de expulsarlos.

Sirva la analogía para hablar de lo que venimos a hablar. Los accidentes son una verdadera maravilla. Por accidente estás aquí, morirás accidentalmente. Accidentalmente fuiste educado en equis lugar y no en ye. Es un accidente que estés en México y no en Argentina o Cuba o Viceversa. Las cosas que haces, las cosas que te hacen, accidentan a alguien en algún otro lugar. Le llamamos “la otredad”. Y la otredad es un accidente también. El accidente del que quieren que te avergüences porque, en principio, puede dañar la autoestima del sistema: la vanidad del consumo, la complacencia de la vida complicada. Los accidentes somos hermosos y horribles. Somos milagros. ¡Salud por eso!

Termino con un relato favorito (uno de tantos). La “historia verídica” de Julio Cortázar (mi favorito). ¡Desde mi blog, se entiende bellísimo!


A un señor se le caen al suelo los anteojos, que hacen un ruido terrible al chocar con las baldosas. El señor se agacha afligidísimo porque los cristales de anteojos cuestan muy caros, pero descubre con asombro que por milagro no se le han roto.

Ahora este señor se siente profundamente agradecido, y comprende que lo ocurrido vale por una advertencia amistosa, de modo que se encamina a una casa de óptica y adquiere en seguida un estuche de cuero almohadillado doble protección, a fin de curarse en salud. Una hora más tarde se le cae el estuche, y al agacharse sin mayor inquietud descubre que los anteojos se han hecho polvo. A este señor le lleva un rato comprender que los designios de la Providencia son inescrutables, y que en realidad el milagro ha ocurrido ahora.


FIN

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domingo, 4 de octubre de 2009

Hacia una filosofía del desapego.



(La foto es de mi amigo Jonathan Muró, que espero subir más fotografías de su extraordinario trabajo. Tiene relación con lo aquí escrito: es cosa de rascarle nada más)

Abrimos los ojos: estamos en un mundo que gira más rápido cada vez. Formamos parte de una sociedad globalizada, una ideología que se consolida a ritmos irregulares; que se consolida en la prisa, en la productividad, en el consumo y más en el consumo. La tecnología se mueve más rápido que uno mismo: conviene la prisa, la comodidad, lograr más en menos tiempo. Se vuelve necesario tener, acumular; se vuelve necesario moverse más rápido, preguntar menos y hablar de más. Así abrimos los ojos a la vida en mi generación, algunas antes y algunas nuevas.

No es una crisis de los tiempos: es como las dinámicas sociales se han venido sucediendo. Inevitable quedarse en la avalancha, imprescindible acomodarse a la realidad en curso. Y desde en medio me toca ser testigo de la banda que, como yo, de pronto nos encontramos rebasados en la búsqueda de un sentido para la vida, o una forma de vida que nos lleve a ser felices. Porque de eso se trata para casi todos: de tratar de ser felices.

La forma en que lo he encontrado: una filosofía del desapego. Entendiendo el desapego como una manera de estar en el mundo sin ser del mundo. No la renuncia que exigen los que temen a la palabra, pero sí un entendimiento claro de un axioma muy sencillo: nada de lo que yo tengo me pertenece. Y al no pertenecerme nada, nada me hace realmente falta.

Porque ahí empieza el problema: una cosa es necesitar algo y otra es que te haga falta. No se trata de no tener cosas materiales, sino de estar apegado a las cosas que tienes. Porque entonces las carencias se experimentan como sentimientos de vacío a partir de la idea de que “hacen falta”. Y esos sentimientos de vacío son espejos de ideas generadas en torno al apego que a) producen infelicidad y b) te obligan a retroalimentar esas ideas y darles continuidad y movimiento.

Se trata pues de aprender a no estar realmente ligado a nada material. No estar ligado a un coche, o a un celular, o a unos tenis. Si tienes coche o celular o tenis, desapegarte de ellos no significa deshacerte de ellos. Simplemente entender que son tuyos pero no te pertenecen: que se acaban. Que se pueden acabar y que a ti no te afectará realmente. Que te los pueden robar, que se pueden desgastar, que igual podrías dárselos al otro sin que a ti te pase sustancialmente nada. Que los puedes usar y está bien; que sirven, sí, pero que no te hacen falta. Si se puede entender esto, se llega a una forma de vida (principalmente en nuestro contexto) menos estresante y más feliz. Aunque llegar a entender esto resulta muy complicado (principalmente en nuestro contexto…)

Después, entender que el desapego funciona mejor con TODO lo que es material: tus padres, tu pareja, tus piernas… En el mismo sentido, desde una filosofía del desapego, entender que NADA te pertenece no te debe conducir a un sentido de indiferencia, sino de sincera y real tolerancia. Perder los celos y alcanzar un nivel de confianza verdadera y esencial, superar pérdidas de seres queridos, asumir tus verdaderas capacidades… una forma de vida así representa una ventaja excepcional en esta configuración social de la que partimos.

Entender el desapego es la idea en la que más he invertido tiempo a últimas fechas. Me encanta hablar de esto, me encanta predicar sobre ello (predicar con el ejemplo) y amo la vida que llevo desde que procuro hacerlo. No sé si estoy del todo listo para explicar en un post todo lo que una filosofía del desapego me ha llevado a entender en su búsqueda y ejercicio, ni si pudiera explicar más concretamente esta idea que no se termina de “amorfizar”. Lo intento porque a divagar se viene a este blog, y lo dejo como una invitación para quien quiera hablar de esto y compartir.

De lo que tengo certeza es de que una filosofía del desapego mejoró mi calidad de vida. Es Verdadero y sutil. Una bocanada de aire fresco ante la avalancha, una forma de vida hermosa, en fin.

Algún día podré explicarlo mejor para quien esté interesado.
(Ojalá que de principio estés interesad@, el texto habría valido la pena).

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domingo, 13 de septiembre de 2009

3 hurras por Jesucristo!

La tesis de partida es esta: si Jesús (el Jesús literario) de pronto regresara a ver lo que ha sucedido con su "movimiento" y entrara a cualquier iglesia católica o cristiana en general, enloquecería de frustración.

Mi perspectiva personal (que no es mía ni es personal) es que Jesús era un chingón. Y no por decir eso quisiera que quienes me conocen sientan que me traiciono o me hipocretizo. No creo siquiera en un "Jesús-hijo-de-Dios" porque no creo en un "Dios-padre"; de hecho, ni siquiera estoy seguro de creer en la existencia histórica de un Jesús cualquiera. Pero insisto: ¡era un chingón!

Y el primer "¡hurra!" es por eso: porque era un chingón se crea o no en él. La Biblia, aunque algunos sacerdotes conservadores y religiones enteras se esfuercen en empujarla como tal, no es un libro histórico. Es, antes que nada, literatura. Y, como toda literatura, tiene una buena dosis de interpretativa. Más aún siendo un conjunto de textos tan simbólicos como lo son. Lo que importa al final será lo que se lea sobre lo que la figura de Jesús (real o no) propone o sugiere. De verdad que si se toma la Biblia por el mensaje que trae de por medio y no por lo que tiene escrito en medio, uno encuentra cosas bien útiles, bien entretenidas y bien prácticas.

La primera parte es quitarle su pretención literal y entrever su intención literaria. Después dejar de emitir juicios "reales" sobre connotaciones simbólicas. Y desde lo que quienes escribieron a la figura de Jesús plasman: ¡las ideas del tipo son bastante interesantes! No son nuevas - remitámonos a los mensajes previamente formulados en oriente - pero son ideas chingonas (por no querer usar otro adjetivo menos altisonante).

Un segundo "¡hurra!" por la desmitificación divina de Jesús. En mi capacidad de manifestar abiertamente mis ideas, no es mi intención pelearme con aquellos que tienen fe en esta figurilla del buen Jesús. Respeto su creencia en la misma medida que defiendo las mías. Es solo que hay algo que me hace ruido tras haber escuchado una plática de un sacerdote, donde Jesús "es la encarnación de Dios hecho hombre, igual a todos los hombres menos en el pecado" y me ha parecido una contradicción. Es decir: el ser humano es, en la mitología cristiana, imagen y semejanza de Dios, y lo que lo divide por los errores de Adán y Eva es precisamente el pecado. ¿Jesús es igual al hombre en todo menos en el pecado? Entonces no es hombre, es dios y punto.

Para algunos será válido, pero a mi entender Jesús sería una figura mucho más impactante y "chingona" si se le hiciera hombre de una buena vez. Si se le desmitificara, si se hablara de un individuo como todos, que comía, que cagaba, que sentía... algo soberbio, algo envidioso, algo ambicioso, algo vicioso... vaya: si alguien con las mismas disposiciones que todos pudiera llegar a lo que llegó, su ministerio adquiriría un valor amplificado. La divinización de Jesús-figura resta méritos, si me estoy dando a entender. ¿Y por qué seguir mitificándolo? ¿Existiría alguna diferencia? ¡Si Jesús tuviera sexo con mujeres a su gusto no existiría una diferencia sustancial con su mensaje! De hecho, no habría mayor diferencia, salvo la de sentir que ese Jesús (ese primer Hippie, ese cabrón revolucionario, ese Maestro de Vida) es cercano a nosotros porque es tanto como los demás.

Y el tercer "¡¡Hurra!!" por ser mi héroe personal. Porque mis héroes son aquellos individuos que marcan la diferencia en la Verdad y las acciones. Los que "hacen el reino" al procurar un mundo más humano; pero no desde la palabra y desde la misa, no desde la oración desenfadada. Desde la acción. Desde la vocación y (pero sobre todo y) desde las consecuencias. Héroes aquellos que asumen su camino y su cosmovisión a favor de un mundo humanizado, una realidad que suene a "Reino" con erre mayúscula, y sepan justificar sus causas y cumplir sus consecuencias. Ahí sí no cualquiera. Jesús - en su mensaje, en su símbolo, en su figura, en su idealización, en su pronunciación - lo supo hacer, y eso es lo que se debe apreciar y aprender de su ministerio. No exclusivo (otros lo enseñaron antes que él, otros lo siguen enseñando hoy en día) pero sí admirable. Más allá del Dios, del Rebelde, del Rey, del Fantasma: las ideas.

Y si de pronto existiera de nuevo y se hiciera vivo 'de nuevo', se encontraría con que, en lugar de tomar su ejemplo y continuar con la esencia de lo que vino a hacer aquí, una sistematización de siglos y siglos de antigüedad procura a cambio la veneración de los motivos subjetivos bajo los mensajes. Incarse ante la figura de un sujeto en una cruz, predicar y predicar la palabra, rezar a coro oraciones aprendidas en mecanizaciones cualesquiera... esa es la frustración última de la que parte la tesis.

No, camarada, no se trata de eso. Se trata de ver qué chingón es el mensaje de Jesús, entenderlo y practicar su esencia. Meter las patas al lodo por las cosas que nos hacen mejores seres humanos. No rajarse cuando los madrazos que nos ganamos en el camino se nos vienen de frente. Se trata al final de ser hermano del otro, ser parte del Reino aquí (el cielo y el infierno son para los románticos: aquí), se trata de darle su lugar a la gente por ser humana, buscar justicia, buscar verdad, pagar lo que sea su precio a cambio. Y vivir así, pero vivir: porque nosotros estamos y somos; y somos reales, todavía no literarios. Y en tanto tales, se trata de lo que hacemos, no de lo que decimos sobre lo que hacemos. Se trata de también ser chingones, pues.

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viernes, 11 de septiembre de 2009

Hoy me quiero burlar de los jodidos

Hoy me quiero burlar de los jodidos. De los que no tienen nada porque todo se pretenden ir llevando. De todos esos que se ven en tercera persona, arriba de alguien que está abajo, y buscando al de abajo del de abajo. Jodidos todos.

Uno me dijo "mira que fulano trae un vocho, yo en cambio tengo un Mercedes". Fulano dijo "mira que yo tengo un vocho y mengano a penas tiene una bici". Y Mengano dijo "mira que yo tengo bici y tú tienes que ir a pie". Y entre quienes van a pie, unos llevan tenis nike y otros llevamos tenis de mercado. Y luego veo a los de a de veras, niños en la sierra que corren descalzos y no conocen los tenis. Y les digo: "miren que no tienen nada, y yo tengo tenis de 70 varos, y Mengano tiene bici y Fulano tiene un vocho y Uno tiene un mercedes..." y los de a de veras se encogen de hombros y siguen corriendo por terrenos que ningún tenis ha corrido y ningún mercedes podría siquiera correr. Y entonces los de a de veras y yo nos reímos mucho de los jodidos.

Esos jodidos, que valen por lo que traen puesto; que disfrutan de la vida como si les perteneciera pero no saben qué hacer cuando la vida les dice que no es cierto: que a penas caben, que no trascienden, que no marcan la diferencia.

Yo me quiero burlar de todos esos, porque al final del camino no es lo que te vas a llevar, sino lo que vas dejando. Porque la doble moral los marea (se les ve en los ojos: los marea), porque criticar es más fácil que proponer, y ellos se facilitan las cosas criticando y dejándose criticar. Porque sus guerras son de juguete, sus ideas son de peluche y hasta su indiferencia es intrascendente. Porque creen que ser temido es ser respetado; porque creen que "el pueblo" son "los otros" y se autoexcluyen de la realidad que les corresponde. Porque pagan toneladas por cultura desechable.

De los que gastan en cosas que se ven mejores por su nombre en extranjero, y no se han dado cuenta que con un pedacito de lo mismo que se gasta se pueden alimentar noches de verdad con gente de verdad, con entes de a de veras que caben en un abrazo y con el único común de parir risas sinceras.

De los que tienen condicionada su sonrisa; de quienes conocen su precio; de quien da más valor a su peso o su camisa que a la mirada que oculta... de esos me quiero burlar. Burlémonos.

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lunes, 24 de agosto de 2009

Disección al Monstruo Sistema

Nosotros, corpúsculos sociales, nos desenvolvemos lo más plenamente posible dentro de un sistema que se mueve y que respira. Somos la unidad mínima de organicidad en la dinámica social: consumidores, antes ciudadanos. Y antes de eso (habrá quien se acuerde) fuimos seres humanos.

¿A quién culpar cuando, deteniendo el carrusel donde giramos para echar un vistazo a lo que estamos logrando, descubrimos que como ciudadanos y/o humanos no estamos de acuerdo con las condiciones en las que este carrusel gira? Respuesta lógica: ¡al Gobierno!

Pero verás: existe un monstruo de muchasmil cabezas que es, digamos, el fabricante y operador del carrusel en que estás montado (y sí: como caballito de carrusel estás soldado y sólo puedes ir para la dirección en que el monstruo diseñó). El monstruo se llama Sistema y, como el Coco, seguro habrás oído hablar de él. Este monstruo representa una pecera donde nosotros nadamos, sintiéndonos diferentes aunque seamos mismos peces y entendiendo su cristalina y turbia agua como el océano, la única agua posible. La pecera no es pecera, como el truco del diablo ha sido convencer al hombre de que el diablo no existe. Aquí una disección/retrato hablado del monstruo.

(Paréntesis: si te dan miedo los monstruos y no puedes dormir cuando conoces a uno, puedes dejar de leer y volver a la pecera)

El Gobierno es la piel del monstruo, la cara. El órgano más grande del cuerpo. Es natural que todos se quejen contra el gobierno por lo que el Sistema hace dado que el rostro es el lugar más escupible y cercano para contemplarlo. Pero sería como asumir que el conejito es solo diente bonito y colita de algodón, y no tiene vísceras ni caca en ebullición dentro de sí, como todo otro ser vivo.

Lo primero que hay que ver (cuidando de no tocar) al hacer la disección, es la médula espinal: desde el cerebro hasta el culo, el Capitalismo se extiende a sus anchas permitiendo que todo pueda moverse. Se trata del modelo económico, ideológico y social en el que se mueve el cuerpo del Sistema, y condiciona todo lo que sus partes hagan o dejen de hacer. Del Capitalismo salen ramitas que llegan a cada parte del Sistema. El Consumismo logra así, como enramado nervioso, lograr que los conceptos como compra-venta, oferta-demanda, necesidad-placer (entre otros) se exacerben hasta el máximo y perpetúen la vida del Sistema. Todo el Monstruo depende de esta dinámica fundamental.

La Familia - organismo dentro del organismo - es la célula que fomenta, transmite y perpetúa toda acción decidida por el monstruo. Lo logra ejerciendo su influencia nerviosa en el llamado “sistema de valores”: románticos bacilos que permean a las familias y se arraigan en ellas, y cuya carga de utilidad social se trasmuta temporalmente de acuerdo a los intereses del Sistema.

La Iglesia – no la católica en particular, sino toda institución que regula la fe de una colectividad (esa creencia infundamentada del ser humano a las cosas que no puede explicar) – es la encargada de regular los bacilos del “sistema de valores”. La Iglesia limpia al Sistema, lo depura, ejerce un control ideológico directo sobre la parte del individuo que no contempla el resto del organismo.

El sistema circulatorio es vital. Parece que no es importante porque siempre está ahí, irrigando detrás de los órganos, pasando como si nada, yendo y viniendo con la sangre y, en ella, todo lo que el Sistema necesita para alimentarse internamente… pero sin llamar demasiado la atención. Se llama Mass Media; es todo el entramado de medios de comunicación y, simplemente, el Sistema depende de él porque sin este mecanismo tan complejo y caprichoso no puede ni siquiera hacerse llegar sus funciones a sí mismo. Ni el cerebro funciona sin sangre, y el corazón (mainstream) lo sabe (y ejerce poder por saberlo).

Capitalismo, Consumismo, Gobierno, Familia, Iglesia, Mass Media… órganos importantes. Pero el Sistema también está compuesto por órdenes menores que lo ayudan a ser tan abrazador: vísceras y fluidos, apéndices (miles de apéndices), huesos y demás curiosidades. Así: Gobierno tiene a Milicia, encargada de poner orden a favor del Sistema (sea necesario o no), apelando a un sentimiento casi hormonal que el monstruo nos ha inventado llamado Nacionalismo o Soberanía, ideales que se inyectan eventualmente al sistema de valores y repercuten en la lealtad colectiva de los individuos. Endorfinas, qué más da…

Democracia: parte fundamental del Sistema. El monstruo no va a permitir que una revuelta (miserable virus) afecte su superviviencia. Antes de salir y poner correas materiales sobre las correas invisibles que tiene en su telaraña, permitirá que los individuos crean que esas correas no existen: que pueden escalar la telaraña, tejerla con el monstruo, ser parte del monstruo. Te permite creer en el libre albedrío, en la posibilidad de confrontar al Sistema, de salirte de su red, de luchar en contra suya. Los “movimientos antisistémicos”, aparato inmunológico del Monstruo, son regulados y controlados, pero siempre posibilitados. La carta maestra está en el ideal democrático, tácito y común acuerdo entre el Sistema y los Víruses que desean impactarlo al fin.

El sistema educativo, aparato reproductor, encargado también de definir los roles de los individuos a favor del Sistema entero, mecanismo de control primario, alienante directo que llena los huecos que la Familia no pudo llenar a tiempo. Burocracia: organismo funcional que depura los protocolos sobre los que el Sistema opera. Clases sociales: sistema de entretenimiento que hace posible al Sistema tener sentido para sí mismo, motor de la dialéctica. Esnobismo: mi parte favorita, corpúsculos que caminan entre nosotros, representantes del sistema inmundológico que generan las clases sociales. Si ellas son el motor de la dialéctica, el Snob es el aceite en sus engranes.

Hegemonía: por fin el cerebro. La globalización capitalista, no tan solo económica, sino también ideológica, cultural, social… el leit motiv del Sistema. Lo que convierte a este maravilloso ente gigantesco en un Monstruo ojete a quien habrá que echarle la culpa de algo.

¿Habrá que echarle la culpa de algo?

Tener conciencia del monstruo es el primer paso. No se puede uno salir del Sistema, no escapar de sus garras. A este licántropo (porque es un verdadero Hombre Lobo) no hay bala de plata que lo asesine. Nos queda la conciencia de que no es solo un Gobierno o un Estado de Derecho lo que nos está pesando, sino una entidad mucho más compleja. No podemos matar al Monstruo, pero podemos pasarla mejor entre nosotros si esa conciencia nos lleva a concluir que, aunque giramos al mismo lado que todo el carrusel, nuestro caballito puede ir viendo para otro lado. Para evadir al Licántropo debemos dejar de ser Hombres como lobos de Hombres. De ahí, en chiquito, se empieza a cambiar al mundo. El cáncer empieza igual, tumor insignificante…

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miércoles, 19 de agosto de 2009

En San Manuel se dice "buenos días"

La ciudad de Puebla es un pueblote o una ciudadcita, creciendo como toda ciudad a pasos inhumanos (nótese la doble connotación de lo afirmado).
Como la ciudad crece, el ritmo de vida se dispara. Las distancias se vuelven enormes, el tráfico se hace insoportable y de a poco el gérmen que nos roba lo humanos para hacernos agentes de consumo se hace más grande que la civilización o la noción que de ella quedaba. Y la gente, en consecuencia, se vuelve desconfiada.
Recuerdo que cuando era niño me gustaba ir a casa de mi abuela en la colonia San Manuel. San Manuel, para contextualizar, era (es) una colonia de "gente vieja" y "familias bien". No de dinero, sino de valores familiares y sociales lo suficiéntemente arraigados como para darle a toda Puebla la imagen de "mochos" que a pulso se ha ido ganando. Me gustaba ir, pues, porque me encantaba el hecho de salir a comprar tortillas o lo que fuese con mi abuela, y ver cómo cada persona que se cruzaba en nuestro camino intercambiaba un "buenos días" sin el menor problema.
Resultará insignificante, pero en aquellos años - y aquestos años también - me resultaba increíble que la gente pudiera saludarse sin conocerse, como rutina provinciana (o de pueblo) y signo de la buena fe. San Manuel era, también, una de las colonias más seguras de Puebla.
Paraíso artificial, fuera de las ancianas malhumoradas regañando a quien pisara el parque aunque para eso fuera hecho, el poder sentirte en una colonia como si toda la colonia estuviera de acuerdo contigo. Razón de más para confiar en la gente; y cuando confiabas en la gente, la gente confiaba en ti. No nos sabíamos nuestros nombres, pero el "buenos días" era la manera de llamarnos entre nosotros. A veces nos veríamos solo una vez y no nos acordaríamos de nuestro rostro, pero el "buenos días" nos aseguraba un cachito de certeza de que era un rostro de humano. Y era suficiente.
Crecí, más despacio que la ciudad misma, quizá. Y cuando me emancipé decidí irme a vivir a San Manuel. Porque en San Manuel, pensé, se dice "buenos días". Aquí vivo y he de decir que no es cierto: la ciudad se tragó a mi colonia querida. Es, finalmente, lo mismo que casi todo. La gente ya no saluda, como en casi cualquier parte. El aire de desconfianza impera, la gente se cambia de lado de la calle desde que te ve venir si no te ves como quisieran verte. Si te escuchan caminar detrás de ellos aceleran el paso (¡y ve que no tengo tanta facha de malandrín!) y peor: si les dices "buenos días" puedes obtener dos respuestas 1) que te vean como bicho raro, te barran con la mirada y caminen más rápido o 2) te responden "buenos días" con cara de "ora qué pedo?". Peor la segunda respuesta.
Por mi parte, observo y escribo lo que voy sintiendo: que adentro traigo al humano por encima del ciudadano, que la desconfianza encontrará tantas excusas (que la inseguridad, que la trata de blancas, que los robachicos, que los racistas, que los mormones, que los...) como posibilidades encuentra, si se rasca, la hermandad; que no hacer daño, a veces, dejó de ser suficiente para ser buena persona - al menos, que es lo peor, desde el punto de vista del "otro".
Yo sigo diciendo "buenos días" y, por excepción a la regla, a ratos encuentro quien contesta. Y después de la sorpresa le brillan los oclayos como si resumiera la esencia de lo que aquí vine a escribir. Y, cómo no, entonces sonrío.

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lunes, 17 de agosto de 2009

Comunicar.

Primer comercial del blog.

Con todo lo que desprecio a mi carrera, la comunicación sigue siendo la pasión oculta (¿el placer culpable?) detrás de todo lo que experimento. Comunicar es a veces una cosa muy simple y a veces demasiado complicado. No es complejo, es complicado. Porque se trata de saber concretar ideas útiles - o no tanto - de una manera efectiva y que involucre al otro. A veces, al comunicar, se puede hacer arte en su definición más escueta.
Dejo aquí un link a un canal del ICE, el instituto de comunicación especializada, que es la escuela de una Maestra (con eme mayúscula) que me gusta pensar que puedo llamar amiga mía. Más allá de la publicidad a su escuela - que el tiempo dirá si se la merece - me gusta resaltar el trabajo de su gente y su compromiso con esa parte útil, estilizada y transgresora que la comunicación le debe al ser humano/social. Checa la propuesta audiovisual que comparto, si te interesa pide informes y si no, con checar basta. Seguimos amorfizando vida, de una u otra manera.
Salud! y gracias a los amigos responsables de que ICE se merezca mis respetos!

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domingo, 16 de agosto de 2009

Va del hambre

Lo cuento nada más así, a manera de intempestiva anécdota y lo más literario que se me ocurra.

Sucede que por causas autoprovocadas y razones que ya tocaré en algún otro post yo, pequeño burgués semiacomodado, me quedé sin dinero. Lo que se dice sin dinero: ni un condenao peso en el bolsillo, ni comida, ni teléfono, ni internet, ni pasajes...

Caminaba a buscar a un amigo que me adelantara algo de lo que gano en el teatro, a fin de comer algo. Llevaba 1 día y medio sin comer nada (miento: comí 6 hielos que había en el congelador y los otros 6 los derretí para beber algo, neta). Caminaba porque no hubo pal pasaje. Y se siente muy mal, tener que caminar con tanta hambre. Y pensé en la gente que hace del hambre su cotidiano.

Mira que me choca poner fotos que pretendan conmover - bien a lo reportaje de tv azteca - sobre el tema que se trate. Pero en esta ocasión me vino la gana regalar dos cuadros no conmovedores sino documentales.

Es la gente que no tiene esperanza de vida, que come hormiga si a la hormiga le parece. Es la gente hambre, la que se moriría de risa si leyera que pensé en ella tras 36 horas sin comer, y se moriría de pena por quien come las 5 veces diarias que el nutriólogo le sugiere sin pensar siquiera en ellos. Pero no mueren de risa ni de pena: mueren de hambre. Morir de hambre. Es algo más cabrón de lo que suena, quisiera de momento imaginar.

Y la reflexión se volvió oscura: cuando el universo se implosionó (o papá dios hizo al mundo, pa quien guste) y las cosas se crearon, la mierda era mierda y el oro era oro. Y la mierda y el oro valían para la Tierra lo mismo, salvo que el oro no fertilizaba nada. Y en algún momento el ser humano, con la civilización en pañales como era natural, volvió más valioso al oro que a la mierda, porque brillaba más o ve tú a saber por qué. Y no fue malo, fue una idea a favor del orden y de la interacción. Lo malo fue cuando, sin que pidieran la opinión de quienes merecían opinar, se comenzó a darle más valor al oro que a la gente; y ahí sí me encabrono porque entre la gente y la mierda existe, todavía hoy, una diferencia.


Y nació la "sociedad de consumo" y con ella empezamos a darle valor a quien tenía más valores. A lo mejor, lejos del fanatismo que trastoca el asunto en injusticia, no estaría tan mal el modelito. ¡Pero hay cosas que son elementales! Yo puedo entender que ese cabrón tenga un Mercedes y yo tenga que caminar a mi destino; puedo enojarme, pero puedo entender. Yo puedo entender que un diputado gane al mes lo que yo voy a ganar en 2 años, no pague un puto impuesto y con los que pago yo se compre un rolex, aunque no arreglen el reloj del parque y uno tenga que aprender a ver la hora con la sombra del mediodía. No puedo, todavía y sin embargo, entender que un cabrón no pueda comerse una pera sin pagarla. Peor: que el amigo que cultiva las peras, que las cosecha y las agrupa en la tierra de su casa, no pueda comerse alguna sin pagarle a quien lo emplea: el hombre de la Ford Lobo que paga a peso el kilo de naranjas y las vende en lo que quiera.

Que todos coman, porque la comida alcanza - ma cae que alcanza - y, ya comidos todos, que el que quiera y pueda y dejen se compre otras dos naranjas o un Mercedes o un curul. Fotos como las de arriba son innecesarias. Aquí, deste lado, nos parece hablar de hambruna una forma atractiva de sentirnos seres sociales: con el kilito de ayuda de aurrerá, o la bolsa de frijol en six flags, o los conciertos de bono y las ayudas multimillonarias de la publicidad altruista de algunos famosos que - no se entienda mal - ayudan a solucionar un problema real. Mi postura sigue siendo que es un problema gratuito; que la cosa no está en buscar solución al hambre sino en tener el sentido común de que el hambre no debería exisitir de entrada. ¿Por qué fabricar pantalones rotos para después tener que remendarlos? (y la voz de adentro: "porque somos consumidores, no humanos").

Sé que no vamos a acabar al hambre, y sé que hay intereses políticos en que esto suceda así, y sé que al mundo no le importa... pero ¡chingaos! ¡Está del carajo! No te voy a decir que no comas en mcdonals o que siembres tus propias lechugas o que dones tus bienes a favor del hambriento en África; no tendría el menor sentido. Te pido en cambio que pienses en lo que me vino a mí a la cabeza y le concedas importancia. Tener conciencia de las cosas es acaso el primer paso para generar una sociedad más humana y menos mierda que la que hemos consentido.

Y si un carnal te dice que lleva algunas horas sin comer, no te pongas muy rejego y regálale un sandwich o algo por el estilo. No lo digo por mí aunque parezca: hay carnales por ahí que no te piden nunca nada porque nunca les preguntas. Sal a ver si es cierto (y lleva un sandwich por si acaso...)


P.D. La última foto siempre me ha parecido hermosa, la dejo de regalo:

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El Sentido de la Vida (The meaning of life)

Por fin, después de mucho tiempo de tener la intención de ver esta película, la he visto. ¡Y ahora heme aquí, recomendándola!

Sucede que esa agrupación inglesa denominada "Monty Python" no es muy conocida por muchas personas en este lado de la cultura. Son (fueron) un grupo de 6 ingleses dedicados al teatro y posteriormente a la filmación de seketches con un humor inglés ácido, brutal, cínico y crítico.

Viene a colación en este blog hablar un poquito de la que fuera su último trabajo de largometraje: The Meaning of Life (1983). Aquí les dejo la secuencia de presentación de la película, introducción bastante hilarante, y luego seguimos comentando un poco:



"¡Miren: van a comerse a Howard!... lo pone a uno a pensar ¿no?" (onomatopeya de risas aquí). Es una secuencia genial: peces nadando de aquí para allá, dándose los buenos días como para enfrentar su rutina, en una pecera...

Sobre la peli, la recomiendo para quienes tengan o gusten tener un poquito de amplio criterio. Por favor, alumnos y menores de edad con mucha dependencia de papás y/o poca lectura, abstenerse. No es que quiera implementar el debate moralino, sino que quiero evitar problemas de interpretación (sobre todo con los padres de familia) y, por qué no, estimular su curiosidad. Yo valoro mucho la forma ácida y directa que tienen los autores para hablar de cosas a las que estamos acostumbrados a tratar de disfrazar. Y lo hacen en una serie de capítulos trabajados como historias cortas e independientes entre sí, que te llevan desde el nacimiento hasta la muerte pasando por los estados de la vida más sobresalientes (educación y crecimiento, edad madura, vejez, trasplante de órganos...)

Lo rescatable es encontrarte crítica tan mordaz hacia cuestiones que "lo ponen a uno a pensar" desde la manera más brutal que se pudiera ocurrir, haciendo que uno se ría sin dejar de darse cuenta de ideas que parecen coherentes. La iglesia católica y sus (algunos de sus) bemoles, la guerra, la educación sexual, la explotación laboral, el ridículo de las sociedades de consumo... y es en eso en donde parte la lectura más profunda de la cinta, cuando vemos que detrás de la capitulación y detrás de los temas, existe un trasfondo social y personal que afecta - que duele - porque representa a este lugar en que todos andamos en común aunque no nos guste: la vida.

Después de verla y disfrutarla (o aguantarla, ya depende de la viscera de cada quién) se puede hablar largo y tendido sobre cosas que de tan absurdas nos resultan personales. De eso se trata este blog, y como no me gusta hacer spoilers gratuitos, me quedo con recomendarla, esperar que la vean y después, si gustan, comenten o sigan leyendo el blog, que al fin y al cabo siento que estaremos hablando de lo mismo.

Se vale que no te guste la película, claro está. Y creo que si no te gusta, entonces tendríamos más por donde darle vueltas porque lo que no se vale es restarle la importancia que el mensaje - y el tratamiento - sugiere. ¡Comentad, entonces, para hacer crítica en conjunto!

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jueves, 13 de agosto de 2009

Primera aproximación a lo que la Vida es.

Ponerse a pensar: el cielo que ves arriba de ti, es el mismo que vio el papá del abuelo de tu abuelo, y ese mismo cielo fue visto por el primer Maya y atrás. El mismo suelo. Cuando el antecesor del hombre despertó (por la mano de papá dios o por un capricho de la ciencia) la Vida ya existía. Millones de millones de años de vida. Y seguro que cuando nuestra generación (tu generación, la mía, la del hijo de los hijos de tus nietos...) la Vida seguirá ahí.
Digamos que un ser humano en nuestro contexto occidental tiene una esperanza de vida - por poner un número cualquiera - de unos 60 años. Sesenta años. 60 años de vida que, para La Vida, representan un suspiro; un parpadeo. ¿Qué son 60 años para una Vida que podría ponerle ceros enfrente hasta cansarse a lo que va durando? Pero tú sólo tienes 60, y es mucho.
Seguir pensando: te regalan, porque no sabemos de dónde chingados parte la vida (y francamente, si lo reflexionas, es lo menos importante), un suspiro de Vida. Te ofrecen la oportunidad de que ese suspiro que desde aquí parece mucho, te corresponda. Y te das cuenta, un buen/mal día, de que con eso te ofrecen la oportunidad de tratar de asumir en ese suspiro lo que alcances a asumir de TODO lo que La Vida ha puesto en El Tiempo. Pela los ojos cual huevo cocido: tienes 60 años para aprehender lo que se pueda de los 6000000000000...000 de años que La Vida tiene. No puedes hacer más con ese suspiro.
Pensar cabizbajo: te das cuenta de esto cuando tienes 16? 18? 26? (réstaselos a 60). El ser humano armó un sistema para organizarse que te impide - o te hace creer que te impide - acceder a la mitad del "bufet" que La Vida ha desparramado en su tránsito por el tiempo. Venga, agacha más la cabeza. De la mitad de las cosas que puedes tomar del "bufet", le vas poniendo peros a la mitad!!! No probar porque hace daño. No comer porque es - a saber por qué - importante la dieta; no decir la verdad porque puede herir al otro; no ver las estrellas porque la luz contamina, no prender la vela porque la luz es importante; maquillarse, leer el diario, ser el rico o ser el pobre o ser el algo; no tocar, no pecar, no intentar, no soñar, no expresar, no no no no no...
Resumir: la Vida es lo que está en medio de lo que te dejan aprehender y lo que te prohibes. Ya hablaremos de sociedad en otro post; de vida, lo que se dice Vida, se puede empezar por decir que está ahí y no depende de nadie. Y ahí va a seguir. Y nosotros, con el suspiro que no es nuestro pero nos corresponde, todavía podemos ir probando de a poquito. Con una condición: no probar es casi lo mismo que probar algo y quedarse probando lo mismo.
Partamos de aquí, que levantar la cabeza después de ponerse a pensar es tan fácil como leer un blog o escribirlo o entenderlo.

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Sobre el autor del blog


Escribo esto porque me gusta cómo se escucha la palabra "autor".

Nací hace 24 años y, aunque 13 de ellos los he dedicado a intentar teatro, terminé estudiando una licenciatura en comunicación. No creía en las licenciaturas cuando empecé a estudiar, pero casi al final de la carrera también dejé de creer en la comunicación como objeto de estudio profesional. Y en casi todo. Se me pregunta a qué me dedico y respondo:

Soy un elaborador de sonrisas, arquitecto del ocio, cotorreólogo independiente. De vocación docente y de pasión teatrero. Antropólogo espontáneo, soñador empedernido, activista social de medio tiempo. Escritor de cuando en cuando. Eterno observador, curioso como (comparación aquí de algo muy curioso que no sea el estereotípico gato), imaginador desbordado. Me gusta seguir siendo cada día lo que el día anterior siempre quise ser.

Me gusta el cine, la confrontación directa y la resolución pacífica; escribir aforismos, quejarme hasta de que me quejo, quitar máscaras, analizar dinámicas sociales y divertirme en el intento. Divertirme en el intento. Divertirme. Vivir de cuando en cuando, comer de siempre en siempre, enamorarme. Planear cosas que nunca hago y hacer cosas que no planeo. Aprender, conocer y jugar. Sobre todo jugar. Jugar con las palabras, jugar con las sonrisas, jugar con las personas, jugar con los que no juegan...

Dicen que no he madurado, pues sigo pensando como muchacho de 12. Espero con los años madurar y lograr pensar como muchacho de 6, que de eso se trata el juego. De todo lo que he escrito es de lo que escribo, y por eso me hago pasar por "autor" en el encabezado de este blog. Actualmente me encuentro en perenne campaña para asesinar mi ego y, dicho sea de paso, degustando una deliciosa galleta de chocolate remojada en leche fría, uno de esos placeres extraordinarios con que debe cerrar una presentación decente.

P.D. Para quienes no han entendido la descripción de esta manera o en este estilo, a riesgo de matar toda poesía que sucediera en mi presentación, les digo: soy a fin de cuentas, en el eneagrama, un típico eneatipo 5 con un ala 4 desarrollada casi de mi tamaño y un perfecto balance con la parte redimida del eneatipo 8. Para que quede claro y ahondando en mi personalidad.

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Presentación y Bienvenida

El título que me volverá licenciado dice que estudié comunicación. Yo la verdad no sé. Pero sé que para comunicar algo hacen falta cuatro cosas: algo que decir, algo por dónde decirlo, alguien que lo diga y, lo más importante, alguien que lo reciba. Y sólo se pone sabrosa la cosa cuando el que lo recibe reproduce el esquemita de vuelta y para otro lado. Eso hace a la comunicación tan particular: el derecho de réplica.

Aquí se trata de comunicar ideas que van saliendo. Filosofía barata (porque el título que me hará licenciado no dice que yo sepa nada de filosofía) que procuro colocar en busca de ser comunicada y, si mereciera la pena, reproducida. Sobre todo cosas que atañen a la vida y la dinámica social, partiendo de meros puntos de vista y jugando un poquito con las letras para que se vea más que nada bonito y - ¿por qué no? - entretenido.

De manera que es importante comentar, amig@ mí@, aunque sea un "no estoy de acuerdo, chingaos!", que lo importante es la cuarta parte del esquemita, donde las ideas en vez de ser paridas y botadas, se vean retroalimentadas y enriquecidas. No quiero que las ideas aquí sean definitivas, sino que vayan perdiendo su forma y componiendo formas nuevas que hagan el proceso harto llevadero, acaso productivo. De ahí el nombre: "Amorfista", que si bien no quiere decir nada, digamos que significa "aquel que quita la forma".

Solo son ideas sueltas, amarradas en blog para ser comentadas (lo que yo hago), masticadas (lo que hacemos todos), y digeridas o vomitadas (lo que harías tú, lector). Bienvenid@ y gracias por concederme la importancia de leer lo que aquí escribo. A darle.

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