miércoles, 14 de septiembre de 2011

Celebrar la Identidad

Por mucho que odie y critique al nacionalismo, cada 14 de Septiembre me llegan las ganas de volcarme a escribir mi grito de independencia; un grito de dolor de independencia.

Hace poco una amiga publicó que había que celebrar el 15 de septiembre, que no hiciéramos caso de aquellos que dicen que será peligroso salir al zócalo, que lo importante es estar orgulloso de ser mexicano y que con seguridad o inseguridad nuestra identidad nadie nos la quita, y eso había que celebrarlo. Me opuse. Dijo entonces que lo importante era la identidad y los valores, y que de nada servían las manifestaciones, y que el cambio estaba en cada uno (empezaba en cada quien), y que encerrándome no iba a pasar nada... Respeto el derecho de cada quién a manifestar sus ideas y argumentar en su defensa. Considero que cada punto de vista es válido en tanto los argumentos que lo soportan sean suficientes. Tanto lo creo que soy capaz de manifestar mis ideas y soportar mis argumentos. Y me opuse de nuevo.

Soy mexicano porque nací en algún lugar entre Guatemala y Estados Unidos, y las condiciones de soberanía y la constitución de la región geográfica me dijeron mexicano. No lo celebro. Difiero con toda la mierda discursiva, cuidada como plantita de invernadero, que desde el sistema le hace creer a la gente que son argumentos. Difiero con toda esa mierda de los valores nacionales, el orgullo nacional, la identidad nacional, lo grande que es México y ser mexicano.

No desprecio el ser mexicano, tanto como no desprecio a ningún ser humano por Ser Humano. Y en la misma proporción celebro mi identidad: una identidad de ser humano. Y me encuentro en un país que NO ESTÁ BIEN. No está bien porque está sucio, manchado, en destrucción autoinducida sin frenos ni paracaídas.

Con un presidente incompetente, pendejo por definición, que ya era incompetente desde antes de ser presidente. Que gastó mucho dinero en su campaña de "presidente del empleo" y al llegar al poder abusó de un pueblo que padece de amnesia histórica y gastó mucho más dinero en poner al país en estado de guerra (¿y el empleo?) y después gastó mucho más dinero en un "bono de seguridad por riesgos de trabajo" él, el que tiene los 700 guardaespaldas y no le tocan las explosiones de granada.

Con un presidente electo en el más poderoso absurdo. Porque en las elecciones en que el pendejo en cuestión llegó al poder, lo que ganó fue el abstencionismo. La mayoría democrática de este país votó por NINGUN candidato, porque ningún candidato era suficiente. De la minoría restante, fraude o no, llegó Calderón al poder. Vaya muestra de democracia. Y más aún, con un pésimo presidente en curso del que podemos hablar y hablar y ponernos muy muy tristes, pero que solo sirvió para dejar de hablar y ponernos tristes por el presidente anterior, que solo sirvió para lo mismo y ad infinitum. Porque no es el presidente el problema, es el sistema y los que lo permitimos.

Y la situación social es repulsiva. Porque los gobernantes tienen tirados a la mierda los más elementales derechos humanos por un abuso de poder, una corrupción, un Hambre que pesa sobre los demás, sobre los otros, los de abajo. No estoy opinando salvas, ni argumentando sobre suposiciones; tengo conocimiento de porquerías que están pasando aquí, en el gobierno municipal, que dan pena, coraje y rabia. Y que me están pateando los huevos mientras dicen "sonríe", "grita 'viva México'", "¡Eres MEXICANO igual que yo!"

No igual. No igual. Estoy de acuerdo y siempre he estado de acuerdo con el punto inicial de mi amiga de que el cambio empieza por uno mismo. En sentido estricto, yo vivo mi vida procurando respeto, verdad, justicia, responsabilidad social... no es que pretenda "empezar" a promover "valores" sino que vivo de cierta manera en la que no me podría poner en asquerosa comparación con esos cabrones (porque así se llama a lo que son) que, políticos o civiles, le pegan podredumbre a la piel de este lugar. Y como yo -y en mayor medida que yo- hay muchos sujetos en este país. Pero celebrarse mexicano es injusto para ellos (o nosotros).

Una buena familia, respetable y llena de valores, en Liberia es asaltada de pronto por un grupo paramilitar de Fracción de Liberación; se llevan al niño para armarlo y ponerlo a morir mientras mata, luego le amputan un brazo con un machete al hombre de la casa para que recuerde la causa. Luego se van en su camioneta dando tiros hasta la siguiente casa, aldea, ciudad... pídeles que celebren su identidad Liberiana. Pídeles que celebren aunque inseguridad haya en todos los países, y no sean los únicos, y sus valores les resulten suficientes aunque su realidad social les escupa en la cara cosas que pasan en Liberia. Pídeme que celebre ser mexicano.

De este modo alzo mi copa a la salud de los que en su diario quehacer hacen de su vida en México más llevadera para ellos y para quienes les rodean. Alzo mi copa y celebro a los que de verdad dan testimonio con su vida de una sociedad mejor, y hay muchos. Y no es por el 15 de septiembre, porque yo todos los días brindo por eso. Y hay muchos, pero desafortunadamente siguen siendo minoría y siguen siendo lo de menos, los sin-poder, los sin nombre, los que ni la deben ni la temen y tienen que soportar la chinga de ser mexicanos. Brindo por la identidad de Seres Humanos, que el nacionalismo es una estupidez.

Cuando se habla de valores, de lo chingón que es ser mexicano porque hasta en la crisis nos reímos, hasta de la muerte nos reímos, porque hay que tener lo que se deba aunque se deba lo que se tenga; cuando le pegamos a las mujeres pero si un italiano les dice feas nos sale el orgullo viril, porque la selección de futbol, porque la droga no llegue a mis hijos, porque teletón e iniciativa méxico y no comprar piratería... cuando se cree que es suficiente. Cuando no se percibe que México es un fenómeno más allá de las paredes de tu casa (bonita o fea) y que la otredad, el otro, el semejante, es de lo que está formada esta identidad. Cuando no se percibe eso, aunque no se quiera, se es parte del problema.

No debo ser criticado por apatía. No creo que celebrar nuestra independencia sea una opción porque no creo que exista una independencia aquí. No creo que se me deba juzgar por el justo opuesto: tampoco digo que no hacer nada y encerrarse sea una opción. No lo hago. Tampoco creo que una manifestación arregle nada. Creo que el cambio debe empezar en cada uno, cada uno hacer su parte, reformar su identidad en mejores términos. Creo que el grito este 15 de Septiembre debe ser más un "¡YA BASTA!" que el "¡Viva!" que año con año nos dirigen a gritar...

Eso sería motivo de celebración.


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